Entradas

LA LEONA

LA LEONA Extendió con pereza las patas delanteras, miró sus garras y pensó que ya era hora de afilarlas, demasiado tiempo había pasado desde la última cacería, en la que se lastimó corriendo tras una zebra, que resultó más astuta y desvió la ruta, justo cuando estaba a punto de alcanzarla. Ya estaba recuperada y con la lección aprendida no se abalanzaba sin estar segura del resultado. Sus cachorros empezaban a tener hambre, jugaban con más agresividad. El macho aún no llegaba y las otras hembras querían impresionarlo, trayendo mejores presas y ofreciéndole el primer bocado. Eso no le preocupaba, ella era la mejor cazadora y la que él prefería para engendrar. Era fuerte, ágil y sus crías destacaban por su destreza y rápido desarrollo. Dejó que las otras salieran a cazar y decidió retozar con sus pequeños un rato más. De pronto apareció un nuevo macho, hermoso, más joven que el suyo, el color de sus ojos era diferente a cualquier otro que hubiese visto, casi grises. Tenía una calma d

ICARO Y FENIX

ICARO Y FENIX   Fumaba sin técnica, nunca aprendió a hacerlo, pero ahora necesitaba quemar energía en algo que alejara la impotencia que la consumía. La pregunta maldita rompió la magia, ¿porqué se atrevió a cuestionar su integridad? ¿era una duda real sobre su carácter? o peor aún el deseo morboso de verla humillada, captada en flagrancia entre conductas consideradas inmorales y una emoción nueva, que todavía no sabía manejar. Lo odiaba mucho más que cuando la obligó a confesar su amor. Un día la hizo revivir a la niña ingenua y al siguiente la convirtió en meretriz... sin pausa él quiso cambiar de tema, pero el cristal romántico se quebró. Ella no se perdonaba cometer un error y menos un desliz que la hacía sentirse vulgar, común... El entendió de inmediato que sólo tenía una oportunidad para revertir la situación, sabía ser caballero y la amaba, pero ella era implacable en su desprecio y no se arriesgaba a enfrentarla con todas sus armas expuestas. Tomó sus manos y volvió a besar

APUESTA DE DIOSES

APUESTA DE DIOSES Dejó que el agua recorriera lentamente su cuerpo. Se concentró en el momento justo de la invitación. Los labios carnosos sobre la copa de sake, tan pequeña, que hacía recordar otras cavidades. La sensualidad del gesto complementaba el movimiento de empujarla hacia ella, que no dudó en tomar y aceptar el reto, siempre mirándolo a los ojos. Salió sin prisa del baño y se detuvo ante el espejo para que él pudiera verla. Aunque no ocupaban el mismo espacio, sus pupilas quedaron fundidas y cada uno dejaba ver al otro, lo que quisiera, a su antojo. Él se levantó con la visión de su piel de seda, cubriendo cada forma perfecta. Hoy era el día del juicio final. Subió la mirada para encontrar su rostro y ella le regaló su risa, tan sonora, que casi pudo sentir que compartían otros sentidos, pero sabía que eso aún no era cierto. - Serás mía- dijo sin querer en voz alta. - Claro que sí- respondió su compañera, haciéndolo regresar a la realidad. - Sigue durmiendo- sen

EL CELULAR DE JESSICA

Hace unas semanas mi hija Jéssica de 17 años, literalmente, me la montó para que le regalara un celular nuevo, de los llamados “teléfonos inteligentes” o “Smartphone”. La verdad es que yo tenía mis dudas. El aparato era caro y la potencial usuaria, es decir, mi hija, no me daba las garantías que yo exigía para proteger la inversión, y es que la experiencia con anteriores teléfonos me indicaba que era una decisión de alto riesgo. Yo, el incrédulo, hasta llegué a pensar: “Bueno, si se lo doy y lo deja caer o lo daña, se friega. Ya tengo razones de peso para no darle nada caro por el resto de sus días” Se que era exagerado pensar así pero, insisto, las anteriores experiencias no habían sido buenas. El primer Nokia que le di terminó aplastado como sapo bajo la llanta de un carro, después fue un Siemens que se ahogó en el lavamanos de la casa, casi que de inmediato un Motorola murió en caída libre. En la última y más reciente tragedia un Samsung falleció por una descarga de… la verdad

SALLY, LA PERRITA DE ALEJANDRO

Imagen
A Sally le quedaban 3 días de vida. Era una residente temporal del refugio de animales de Miami y llevaba 3 semanas esperando a que la re-adoptaran. Por la rareza de su mezcla nadie la quería. Su cuerpo blanco con negro y su cabeza café con negro, clara y finamente demarcada. Casi que parece un injerto, el resultado de una exitosa operación del doctor Frankenstein. Ella conquistó mi corazón desde el segundo lenguetazo a mi mano. Sabía que podía ser la elegida por eso no dude en pedir una cita en privado para que Alejandro la conociera. El encuentro fue un éxito. Aunque se mostró temerosa y asustada ya sin ningún tipo de reja o muro intermedio, ella nos mostró que tenía mucho cariño para entregar. Alejandro la gozó, sobó y acarició sin parar. Ella soltó pocos pelos y pocas babas. Definitivamente era ella. Cuando firmamos los papeles de adopción la empleada del refugio nos dijo: "En el registro dice que tiende a escaparse. Su antiguo dueño la regresó al refugio porque dijo que le