LUZ ETERNA… VELOCIDAD POETICA

LUZ ETERNA… VELOCIDAD POETICA

“Si sólo amaras las noches, yo volaría y le arrebataría al sol sus rayos de luz. Si no pudieras vivir en total oscuridad, cazaría estrellas y las amarraría a tus pies.”

No era simple poesía, le tomó años abrir el alma a palabras así de primorosas. El enamorado que un día fue se había perdido, esperando una chispa que hiciera renacer el fuego que creyó extinto en su corazón.

La soledad se alejó furiosa de perder a un esclavo tan valioso. Sabía que él entraba ahora en ese espacio privilegiado, al que no llega el común de los mortales, su pasada víctima seguía siendo un hombre inteligente, sensible y con un potencial de grandeza extraordinario, que muy pronto retomaría.

Una sonrisa le trajo de vuelta otro momento especial, su amada abría los ojos y arrugaba la nariz mientras preguntaba:

-¿De verdad quieres hacer eso?

Guardó la respuesta para después, ahora que volvía a existir un siempre, no tenía prisa, disfrutaría viviendo como si fuese a morir cada día y soñando como si ya hubiese ganado la eternidad.

Se sentía más poderoso que el sultán Shahriar, pues no sólo atesoraba los cuentos de su Sherezade, era capaz de aportar relatos propios y entretejerlos con los de ella, como una extensión de todo lo que los unía, su sexo, sus voces, sus pensamientos, palabras... eran cajas chinas, contenidas como infinitas matrioskas, que al abrirse revelaban un nuevo misterio... a veces pequeño, otras inmenso, historias que nacían anexas a la anterior, ampliadas, sublimes, que despertaban al alba y daban a luz la más imperfecta perfección, la del amor.

Adoraba verla desnuda, con el cabello revuelto y el rostro limpio, tan suya, tan íntima. Así le provocaba abrazarla suavemente, no embestirla como hizo minutos antes, sintiendo que podía desgarrarla al siguiente choque con su piel o abrirse campo entre sus piernas, con sus dedos, su lengua o su cuerpo entero, sin pedir permiso, ni esperar autorización.

A veces necesitaba tratarla como hembra, para tener la plena convicción de estar frente al oasis, no al espejismo que hace perder la razón, con el sutil ideal femenino. La quería fuerte, dispuesta a soportar cualquier golpe, por él.

Era fácil amar así, sin temor a las decepciones o falsas expectativas, que llenan las relaciones mediocres. Discutían y peleaban como niños ancianos, con la sencillez de quien se equivoca sin malicia y la serena sabiduría del que entiende y disculpa sin rencor.

Ella le devolvía la vida, él la vivía en ella, cada vez con mayor intensidad. Nada podía romper el hechizo, porque estaba hecho de realidades.

Sus ilusiones eran ecos de otras vidas superadas y sus planes, trazos que se podían concretar con un ejercicio básico de voluntad.

Almas gemelas que se reconocían en una mirada y volvían a encontrarse a veces temprano, otras más tarde.

-Sí - repondió con calma- quiero preñarte. De ideas, de anhelos, de ganas de luchar y vencer. Quiero preñarte de fuerza, para que me la puedas devolver, de memorias sin fronteras, para alcanzar el infinito, de problemas por resolver para matar el aburrimiento, de dichas embriagantes para volar sin alas, de mis hijos, para que los sientas tuyos, de mi mundo entero, que girará en órbita con el tuyo.

Ella parpadeó dos veces y sonrió levemente. Pensó que era muy fácil amar así y ya no supo si repetía o ampliaba el concepto. Si lo expresaba en su propia voz o lo había leído en los ojos de su amante, ser dos en uno o una parte de dos, era delicioso.

Abrió los labios y recibió un beso a medida, el inicio del ciclo ancestral que conectaba intelecto, cuerpo, almas y la llama tántrica del sexo sagrado.

El vió pasar por su mente la solución a todas las ecuaciones inconclusas, descubrió porqué algunas partículas subatómicas eran más rápidas que la luz, pero decidió que les cambiaría el nombre, neutrinos sonaba poco poético... necesitaban un apelativo mágico, exquisito, a la altura de tanta agilidad; más tarde buscaría inspiración en los ojos de su mujer, ahora sólo existía para su propio placer, que era el de ella, en círculo de ciencia, arte, geografía, historia, literatura y cualquier asignatura pendiente por inventar.