ICARO Y FENIX
ICARO Y FENIX Fumaba sin técnica, nunca aprendió a hacerlo, pero ahora necesitaba quemar energía en algo que alejara la impotencia que la consumía. La pregunta maldita rompió la magia, ¿porqué se atrevió a cuestionar su integridad? ¿era una duda real sobre su carácter? o peor aún el deseo morboso de verla humillada, captada en flagrancia entre conductas consideradas inmorales y una emoción nueva, que todavía no sabía manejar. Lo odiaba mucho más que cuando la obligó a confesar su amor. Un día la hizo revivir a la niña ingenua y al siguiente la convirtió en meretriz... sin pausa él quiso cambiar de tema, pero el cristal romántico se quebró. Ella no se perdonaba cometer un error y menos un desliz que la hacía sentirse vulgar, común... El entendió de inmediato que sólo tenía una oportunidad para revertir la situación, sabía ser caballero y la amaba, pero ella era implacable en su desprecio y no se arriesgaba a enfrentarla con todas sus armas expuestas. Tomó sus manos y volvió a besar