LA LEONA
LA LEONA Extendió con pereza las patas delanteras, miró sus garras y pensó que ya era hora de afilarlas, demasiado tiempo había pasado desde la última cacería, en la que se lastimó corriendo tras una zebra, que resultó más astuta y desvió la ruta, justo cuando estaba a punto de alcanzarla. Ya estaba recuperada y con la lección aprendida no se abalanzaba sin estar segura del resultado. Sus cachorros empezaban a tener hambre, jugaban con más agresividad. El macho aún no llegaba y las otras hembras querían impresionarlo, trayendo mejores presas y ofreciéndole el primer bocado. Eso no le preocupaba, ella era la mejor cazadora y la que él prefería para engendrar. Era fuerte, ágil y sus crías destacaban por su destreza y rápido desarrollo. Dejó que las otras salieran a cazar y decidió retozar con sus pequeños un rato más. De pronto apareció un nuevo macho, hermoso, más joven que el suyo, el color de sus ojos era diferente a cualquier otro que hubiese visto, casi grises. Tenía una calma d